Después de unas buenas viandas en el conocido "Jumillano", como la ocasión lo merecía, nos fuimos a disfrutar de la promesa de una corrida de toros con un típico más que tópico cartel de figuras del momento y de quizá hace ya algunas tardes. Finito (o la sombra de lo que fue), Fandila y Perera completaban la tarde frente a seis de Fuente Ymbro en el coso alicantí con cuatro quintos de entrada y más festeros que aficionados de otro cuero (comprensible, por otra parte). Que estuviéramos a la sombra de José Luis cicerone por un día y a la par para otros festejos del ciclo, asesor artístico de esta plaza, nos permitió empaparnos de todo el ambiente taurino de la tarde a la entrada de los maestros por el patio de cuadrillas.
Raúl Bravo jovencísima promesa de la escuela de tauromaquia de Alicante y del cual nuestro amigo comenta ilusionado ..."tiene un cambio de mano que es fuera de serie" (tomamos nota).
A posteriori tuvimos la oportunidad de conocer a Manuel Berenguer "El Tigre de Mutxamiel". Quizá pudiera no decir nada este nombre en un principio pero es de recibo el adornarlo con la adjetivación de haber sido puntillero de oficio y de los que eran fijos en los ruedos de la provincia puesto que para la época dicha suerte no la ejercía ninguno de los toreros de plata de la cuadrilla sino que era propio de la plaza en si.
Los seis de Fuente Ymbro desiguales, más que justos de fuerzas y con una casta bastante discutible. Lo peor fue a parar para Finito de Córdoba, que pese a los años de guerra, funde a los toros en el caballo y desluce cada pase con una incomprensible desgana mucho peor cuando la cuadrilla no deja de fallar en el trasteo alargando en ambas faenas hasta los impepinables avisos. Bronca en ambos casos. Del Fandi, ¿que podríamos decir sin herir algunas absurdas susceptibilidades? Hizo lo que sabe y fue aclamado, eso sí, con el mejor lote de la tarde. Banderillas, hasta 4 pares en su segundo. Resultado 3 orejas y más de un pase de sobaquillo. ¡Mis respetos! Y por fin , Miguel Ángel Perera, serio, en su sitio, con la pena de que el respetable no viera lo que ponía en juego con su primero, falló en la espada no pudiendo sacarle más a un toro descastado, manso y aburrido. Llegó el segundo (sobrero, se devolvió al sexto, inválido) que cerraba tarde y se impuso la seriedad con ciertos pases de muleta de cadencia, de respiro, de la calidad que faltó al resto, otra forma, otro sabor, pero para un público ya puesto en tomar las de Villadiego. Este sobrero de Salvador Valverde tampoco fue un prodigio pero el oficio del matador no dejó escapar la única oreja, para mí, la única bien merecida.
Y sin más, nos despedimos, con la vista puesta en la corrida de este sábado 27 con más futuro que presente y con un cartel tan valiente como posible. ¡Esperanza!. Bien por la empresa, esta vez.
Fue un día bastante divertido, y existen más fotos que espero ver algún día... ja, ja, ja... ¡Como a mí me de por contar cosas!, je, je... Lo que más siento es que mi tío José María no haya estado con nosotros esa tarde y que tampoco hayamos podido organizarlo para el 27.
ResponderEliminar¡Que os cuente Tomás como estuvo Rubén! ¡Y los toros! ¡Bien por Manolo González!
En agosto tenemos una mini feria, a ver si nos organizamos...
Al jovencísimo Raúl le va a dar mucha alegría verse en vuestro blog y ¿quien sabe? si el día de mañana esa foto puede valer su peso en oro.
Un abrazo para todos.
Tío José María, uno más fuerte para tí, y hasta pronto.