Ayer se celebró en Madrid un festival taurino a beneficio del banderillero de la cuadrilla de José Pedro Prados “El Fundi”, Adrián Gómez, que a sus 41 años ha tenido que decir a la profesión y a algo más …, al sufrir una voltereta hace ahora siete meses. Actualmente está en una silla de ruedas, aquejado de tetraplejia.Se cumplieron, y con creces, las tres vertientes que se suelen buscar en éste tipo de festejos: la solidaridad, la economía y la artística.La primera, una vez más el mundo taurino está dispuesto a colaborar en cuento se les llama. Todos, ganaderos, empresarios, toreros, monosabios, areneros, todos. Aquí se dieron cita, no sólo los presentes en el festival, sino aportaciones desde todos los estamentos del mundo del toro y por supuesto, desinteresadamente por parte de todos.La segunda, la economía. Esta va ligada a la anterior de forma ineludible, porque en casi todos los casos, y en este muy especialmente, se han llevado de la manoLa tercera, la taurina propiamente dicha, fue un éxito total y rotundo.Empezaré a describir, bajo mi humilde opinión, lo que aconteció en el Palacio de Vistalegre ayer día 1 de Marzo de 2.009 y a eso de las 12 de la mañana ante 15.000 espectadores (el aforo del Palacio lleno totalmente).Hay que contar una anécdota y es que el paseíllo hubo que atrasarlo unos cinco minutos porque, por problemas del tráfico, el torero Morante de la Puebla se iba a retrasar a su vez porque iba a la plaza andando. Así llegó a la misma y ahí está la anécdota. ¡Ojalá todos los días en que toree le pase lo mismo! (como veremos después)Antes de iniciar el paseíllo, Adrián Gómez, fue llevado en silla de rueda por su hermano Manolo y acompañado de su mujer, Sandra hasta el centro del ruedo.El paseíllo no se formó, pues tras él se fueron, sin orden alguno, los matadores, picadores y banderilleros hasta el centro del ruedo a arroparle y le acompañaron en uno de los momentos más emotivos recordados por mí . Los hombres y las mujeres que poblaban los tendidos tenían lágrimas en los ojos, debido a la emotividad del momento.Luego se retiraron los toreros, dejando sólo a Adrián, quien inició una vuelta al ruedo entre el clamor y con la emoción del públicoY ya vamos a describir cómo fue el desarrollo de la corrida.Empezó con un caballero en plaza, Diego Ventura, que rejoneó un toro de Lorenzo Carmona. Lo recibió con el castaño Girasol con el que le recetó dos rejones de castigo, clavando en el estribo, ante un toro incierto y que se fue aclarando conforme la lidia fue avanzando. Luego con el albino Manzanares le colocó dos pares de banderillas al quiebro. Sacó después a Distinto, tordo rodado de capa y clavó otros dos pares de banderillas, llevando al toro muy toreado. Con el tordo Cheque, puso otros dos pares de cortas y para el tercio de muerte sacó a Califa, clavando una rosa, adornándose con toques de testuz, teléfono, etc. Cobró un soberbio rejonazo que le valió las dos orejas de su oponente.Le brindó la muerte de éste novillo al homenajeado AdriánYa, en lidia ordinaria, y en primer lugar le correspondió el turno, ni más ni menos, que a José Miguel Arroyo “Joselito”, que hacía más de cinco años y medio que no toreaba y que, según él mismo dijo : si no hubiera sido por lo que se trataba, no hubiera toreado, se lo pidiera quien se lo pidieraA Joselito le correspondió un toro de la ganadería de Victoriano del Río, Derramado de nombre, castaño y de 436 Kg de pesoLo recibe con unas verónicas flexionadas las piernas y se estira con verónicas rematadas por una “tijerilla”, cruzando, muy bonitos, tanto las verónicas como el remate. Pone en suerte llevando el burel con un airoso galleo por chicuelitas y lo deja en suerte con una larga torerísima. Lo quita con dos verónicas y una media, soberbias. Brinda a Adrián y le dice algo así: “Mira qué grande eres que has puesto esto a reventar y encima con esa sonrisa que tienes que dá gusto. Va por ti.”.Da dos series de buenos derechazos y cuando se prepara para iniciar con la izquierda sufre un achuchón, sin pasar a mayores. Da otra serie de derechazos, sin armar y sale desarmado. El toro, encastado, se pone muy agrio al final de la faena. Un pinchazo y un estoconazo, ponen fin a su labor y él cobra las dos orejas del novillo.Por orden de antigüedad le sigue en el turno El Fundi al que le correspondió “un novillo” de 54º kg,m negro mulato, bragado y girón, del hierro de El Ventorrillo. Lo recibió con garbo por verónicas. Lo quita por chicuelitas, rematada con una larga muy torera. Banderillea el maestro, con más voluntad que éxito, pues el segundo par, por el pitón derecho, lo pone a toro pasado, los otros dos pares, bien y nada más. Brinda a Adrián y le dice: “Gracias por todo lo que me has dado en el tiempo que has ido conmigo, y si el toro te ha quitado la movilidad, nosotros, los del toro, seremos tus manos y tus pies”Dos series de derechazos,. una con la izquierda, otra más por la derecha y otra por la izquierda. Todas con ritmo, y tras pinchazo sin soltar, cobra una estocada, casi recibiendo. Suena un aviso, descabella a la primera y cobre dos orejas.Le siguió en orden de antigüedad, Enrique Ponce, que lidió a Literato, negro bragado de 401 Kg y de su propia ganadería. El toro no se deja torear en los lances de recibo. Recibe un puyazo un poco largo y sale de él por los suelos, impidiendo los quites y cuando Antonio Tejero se dispone a banderillear, el toro rueda por los suelos. Brinda a Adrián y le dice algo así: Como te queremos, estamos aquí. Siéntete orgulloso de ser torero. Va por ti.” Dio el maestro una lección de técnica, todo natural, medido, en el sitio justo, muy por encima de las condiciones del novillo. Es decir, en otras manos, no se le hubiera hecho nada, hubiera estado toda la mañana en el suelo. Entra a matar y cobra media en el sitio, pelín tendida y suena un aviso y como premio obtiene una orejaAhora le toca el turno a Morante de la Puebla, con sus patillas y su coleta naturales y fumándose un “veguero” en el callejón mientras esperaba para que le tocara el turno de actuación. Le corresponde un toro de La Campana, de nombre Gitanillo, castaño de pelo y co 455 Kg de peso. Lo recibe por verónicas con la pierna flexionada, siendo muy jaleadas, siguiendo con verónicas de mano muy baja y mucho “pellizco”. Quita por delantales, rematados con media soberbia. El público pide que el maestro ponga banderillas y éste accede a la petición. Pone un primer par, por el pitón derecho, estupendo, otro par, también por el pitón derecho, mejor que el anterior y cuando va a poner el tercer par, al poner al toro en suerte, tiene que recortarlo, con tal mala fortuna, que al salir del recorte, pierde el equilibrio y cae en la cara del toro. Desde el suelo, él mismo se hace el quite. Ya en pie, le pone el tercer par por los adentros que desata las pasiones y forma un lío. Después del festejo dijo que cogió las banderillas para homenajear a Adrián.Brinda al público y le tira el sombrero a Adrián con un pedazo de torería….Inicia la faena con ayudados por alto, una serie de derechazos, rematados con un trincherazo y otra serie de derechazos con mucha enjundia, hondura, torería, con mucho empaque, metiendo los riñones …Sigue con una serie con la mano izquierda y otra muy bonita, también con la izquierda, de frente y a pies juntos. Termina con una serie de derechazos. Entra a matar en la suerte contraria y cobra una estocada hasta los gavilanes, pero un pelín caída. Tres descabellos, el toro se derrumba y en su esportón caen dos orejas.En éste tipo festejo las orejas no tienen la mayor importancia, pues se podrá torear bien o mal, hacer las cosa bien o mal, pero como lo ha hecho Morante es distinto, lo ha hecho con muchísima personalidad, con mucho “pellizco”. Lo importante es el sabor que queda.Por turno le corresponde a Julián López “El Juli”, que lidia una res de Daniel Ruiz, de nombre Derramado, negro y de 430 Kg . Lo saluda con verónicas a pies juntos, rematadas con una larga. Apenas si se le señala un picotaza y se pide el cambio. Quita por “tafalleras” y remata con media, vistosa. Brinda a Adrián y le dice: “Todo el toreo está contigo, para lo que queráis, tu mujer, tú, tu hijo. Va por ti.” Empieza la faena con una serie por naturales y sigue con otras dos más y una con la derecha. Está por encima de las condiciones del toro, pisando unos terrenos muy difíciles y comprometidos ante el noble de Daniel Ruiz. En la suerte natural cobra, no una estocada, sino un cañonazo. Dos orejas.Ya, para completar la “buena serie”, nos queda el joven novillero Cristian Escribano, ganador del certamen de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, que tengo que decir, que el premio no ha sido ganar este certamen, el verdadero premio ha sido el estar acartelado con figurones semejantes.Ha lidiado el novillo más chico del encierro, un novillo de Guadalmena, con un nombre muy raro (la primera vez que lo oigo), Ijonzo, negro listón, bragado corrido, que dio en la báscula 389 Kg. Lo saluda con unas verónicas, jaleadas. Quita con lances de frente por detrás y brinda a Adrián, diciéndole: “ Porque es Ud. una gran persona y deseo que sea muy feliz”.Inicia su faena con dos series de derechazos, una con la izquierda, sigue con otra más con la derecha y otra final con la izquierda. Tras pinchar sin soltar, cobra una estocada que le vale una oreja.Este novillero tiene buen trazo, aunque tiene mucho por delante que aprender. Ayer tuvo el handicap de haber toreado después de tantos “monstruos”, otra cosa hubiera sido verle solamente con chavales que quieren ser toreros.Y nada más, en definitiva festejo muy entretenido, con muchísimos detalles toreros, y que , como era de desear, cumplió con los fines para el que fue proyectado.Hasta pronto.
José Mª Susarte Molina. Marqués del Acho.
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