Muchos son los detractores del maestro, yo diría que incluso tantos como en ocasiones crean las modas y que decir tiene que incluso ser crítico también en ocasiones se convierte en tendencia. Y ¿porqué digo esto?, por que en la mayoría de ocasiones ni saben lo que critican. Son los anarquistas de oficio como me gusta llamarlos. También para ser franco, diré que somos legión los que seguimos a José Tomás e incluso en el porcentaje más alto los que hacen igualmente moda de dicho seguimiento. Y aquí es donde quiero ir a parar. Cierto día un buen amigo me reprochaba que el maestro no accediese a que aparecieran sus actuaciones en televisión, y exprimía más aún su argumento defendiendo que esa es una falta de respeto a los aficionados que no pueden estar en el festejo taurino. Bien, no diré que no es una razón de peso pero desde mi punto de vista hay algo más y algo que no ha de ser baladí. Lo primero, que como decían los antiguos los toros donde se ven es en la plaza. Segundo, que el hombre que crea arte en el ruedo mientras se juega la vida no obliga a nadie ni a venir a verlo ni a dejar de hacerlo. Y tercero y último, el movimiento que se ha creado alrededor de este torero, la moda que antes mencionaba, la leyenda, el marketing si me lo permiten y esas plazas a rebosar a cualquier precio dan una dimensión diferente a la fiesta de los toros. Atrae muchedumbre, crea expectación; de acuerdo, en la mayoría de ocasiones excesivamente morbosa, pero está haciendo que cantidad de personas se acerquen a las plazas de toros y se contagien estando allí de toda la magia que este mundo desprende.
Sin embargo, tampoco dejaré de emocionarme cuando José Tomás se coloque en los medios, se apostille en el albero y como si estuviera clavado desarrolle su destreza dejando que las armas de su oponente acaricien su hierática silueta.
Tomás Gª de Alcaraz Mtnez.
"Cuando uno elige jugarse la vida, también tiene el derecho de elegir otras cosas"
José Tomás.