sábado, 28 de febrero de 2009

La primera en la frente. José Tomás.


Del maestro José Tomás se pueden decir muchas cosas y seguramente no será mi pluma la más cualificada para desarrollar teoría sobre la forma de hacer del "Genio de Galapagar". Pero lo que sí me vais a permitir es que exprese mi punto de vista sobre tan controvertido espada.

Muchos son los detractores del maestro, yo diría que incluso tantos como en ocasiones crean las modas y que decir tiene que incluso ser crítico también en ocasiones se convierte en tendencia. Y ¿porqué digo esto?, por que en la mayoría de ocasiones ni saben lo que critican. Son los anarquistas de oficio como me gusta llamarlos. También para ser franco, diré que somos legión los que seguimos a José Tomás e incluso en el porcentaje más alto los que hacen igualmente moda de dicho seguimiento. Y aquí es donde quiero ir a parar. Cierto día un buen amigo me reprochaba que el maestro no accediese a que aparecieran sus actuaciones en televisión, y exprimía más aún su argumento defendiendo que esa es una falta de respeto a los aficionados que no pueden estar en el festejo taurino. Bien, no diré que no es una razón de peso pero desde mi punto de vista hay algo más y algo que no ha de ser baladí. Lo primero, que como decían los antiguos los toros donde se ven es en la plaza. Segundo, que el hombre que crea arte en el ruedo mientras se juega la vida no obliga a nadie ni a venir a verlo ni a dejar de hacerlo. Y tercero y último, el movimiento que se ha creado alrededor de este torero, la moda que antes mencionaba, la leyenda, el marketing si me lo permiten y esas plazas a rebosar a cualquier precio dan una dimensión diferente a la fiesta de los toros. Atrae muchedumbre, crea expectación; de acuerdo, en la mayoría de ocasiones excesivamente morbosa, pero está haciendo que cantidad de personas se acerquen a las plazas de toros y se contagien estando allí de toda la magia que este mundo desprende.

No quisiera para acabar, que se me malinterprete, puesto que no pretendo desmerecer con mi opinión ni un ápice al resto de figuras del toreo, pues no deja de ser inconmensurable la valentía del hombre que cada tarde se juega la vida en la plaza.

Sin embargo, tampoco dejaré de emocionarme cuando José Tomás se coloque en los medios, se apostille en el albero y como si estuviera clavado desarrolle su destreza dejando que las armas de su oponente acaricien su hierática silueta.



Tomás Gª de Alcaraz Mtnez.



"Cuando uno elige jugarse la vida, también tiene el derecho de elegir otras cosas"
José Tomás.
"Para torear bien hay que olvidarse del cuerpo".
Juan Belmonte

4 comentarios:

  1. ACTUALIDAD




    Ayer se celebró en Madrid un festival taurino a beneficio del banderillero de la cuadrilla de José Pedro Prados “El Fundi”, Adrián Gómez, que a sus 41 años ha tenido que decir a la profesión y a algo más …, al sufrir una voltereta hace ahora siete meses. Actualmente está en una silla de ruedas, aquejado de tetraplejia.
    Se cumplieron, y con creces, las tres vertientes que se suelen buscar en éste tipo de festejos: la solidaridad, la economía y la artística.
    La primera, una vez más el mundo taurino está dispuesto a colaborar en cuento se les llama. Todos, ganaderos, empresarios, toreros, monosabios, areneros, todos. Aquí se dieron cita, no sólo los presentes en el festival, sino aportaciones desde todos los estamentos del mundo del toro y por supuesto, desinteresadamente por parte de todos.
    La segunda, la economía. Esta va ligada a la anterior de forma ineludible, porque en casi todos los casos, y en este muy especialmente, se han llevado de la mano
    La tercera, la taurina propiamente dicha, fue un éxito total y rotundo.
    Empezaré a describir, bajo mi humilde opinión, lo que aconteció en el Palacio de Vistalegre ayer día 1 de Marzo de 2.009 y a eso de las 12 de la mañana ante 15.000 espectadores (el aforo del Palacio lleno totalmente).
    Hay que contar una anécdota y es que el paseíllo hubo que atrasarlo unos cinco minutos porque, por problemas del tráfico, el torero Morante de la Puebla se iba a retrasar a su vez porque iba a la plaza andando. Así llegó a la misma y ahí está la anécdota. ¡Ojalá todos los días en que toree le pase lo mismo! (como veremos después)
    Antes de iniciar el paseíllo, Adrián Gómez, fue llevado en silla de rueda por su hermano Manolo y acompañado de su mujer, Sandra hasta el centro del ruedo.
    El paseíllo no se formó, pues tras él se fueron, sin orden alguno, los matadores, picadores y banderilleros hasta el centro del ruedo a arroparle y le acompañaron en uno de los momentos más emotivos recordados por mí . Los hombres y las mujeres que poblaban los tendidos tenían lágrimas en los ojos, debido a la emotividad del momento.
    Luego se retiraron los toreros, dejando sólo a Adrián, quien inició una vuelta al ruedo entre el clamor y con la emoción del público

    Y ya vamos a describir cómo fue el desarrollo de la corrida.
    Empezó con un caballero en plaza, Diego Ventura, que rejoneó un toro de Lorenzo Carmona.
    Lo recibió con el castaño Girasol con el que le recetó dos rejones de castigo, clavando en el estribo, ante un toro incierto y que se fue aclarando conforme la lidia fue avanzando. Luego con el albino Manzanares le colocó dos pares de banderillas al quiebro. Sacó después a Distinto, tordo rodado de capa y clavó otros dos pares de banderillas, llevando al toro muy toreado. Con el tordo Cheque, puso otros dos pares de cortas y para el tercio de muerte sacó a Califa, clavando una rosa, adornándose con toques de testuz, teléfono, etc. Cobró un soberbio rejonazo que le valió las dos orejas de su oponente.
    Le brindó la muerte de éste novillo al homenajeado Adrián

    Ya, en lidia ordinaria, y en primer lugar le correspondió el turno, ni más ni menos, que a José Miguel Arroyo “Joselito”, que hacía más de cinco años y medio que no toreaba y que, según él mismo dijo : si no hubiera sido por lo que se trataba, no hubiera toreado, se lo pidiera quien se lo pidiera
    A Joselito le correspondió un toro de la ganadería de Victoriano del Río, Derramado de nombre, castaño y de 436 Kg de peso
    Lo recibe con unas verónicas flexionadas las piernas y se estira con verónicas rematadas por una “tijerilla”, cruzando, muy bonitos, tanto las verónicas como el remate. Pone en suerte llevando el burel con un airoso galleo por chicuelitas y lo deja en suerte con una larga torerísima. Lo quita con dos verónicas y una media, soberbias. Brinda a Adrián y le dice algo así: “Mira qué grande eres que has puesto esto a reventar y encima con esa sonrisa que tienes que dá gusto. Va por ti.”.
    Da dos series de buenos derechazos y cuando se prepara para iniciar con la izquierda sufre un achuchón, sin pasar a mayores. Da otra serie de derechazos, sin armar y sale desarmado. El toro, encastado, se pone muy agrio al final de la faena. Un pinchazo y un estoconazo, ponen fin a su labor y él cobra las dos orejas del novillo.

    Por orden de antigüedad le sigue en el turno El Fundi al que le correspondió “un novillo” de 54º kg,m negro mulato, bragado y girón, del hierro de El Ventorrillo. Lo recibió con garbo por verónicas. Lo quita por chicuelitas, rematada con una larga muy torera. Banderillea el maestro, con más voluntad que éxito, pues el segundo par, por el pitón derecho, lo pone a toro pasado, los otros dos pares, bien y nada más. Brinda a Adrián y le dice: “Gracias por todo lo que me has dado en el tiempo que has ido conmigo, y si el toro te ha quitado la movilidad, nosotros, los del toro, seremos tus manos y tus pies”
    Dos series de derechazos,. una con la izquierda, otra más por la derecha y otra por la izquierda. Todas con ritmo, y tras pinchazo sin soltar, cobra una estocada, casi recibiendo. Suena un aviso, descabella a la primera y cobre dos orejas.

    Le siguió en orden de antigüedad, Enrique Ponce, que lidió a Literato, negro bragado de 401 Kg y de su propia ganadería. El toro no se deja torear en los lances de recibo. Recibe un puyazo un poco largo y sale de él por los suelos, impidiendo los quites y cuando Antonio Tejero se dispone a banderillear, el toro rueda por los suelos. Brinda a
    Adrián y le dice algo así: Como te queremos, estamos aquí. Siéntete orgulloso de ser torero. Va por ti.”
    Dio el maestro una lección de técnica, todo natural, medido, en el sitio justo, muy por encima de las condiciones del novillo. Es decir, en otras manos, no se le hubiera hecho nada, hubiera estado toda la mañana en el suelo. Entra a matar y cobra media en el sitio, pelín tendida y suena un aviso y como premio obtiene una oreja

    Ahora le toca el turno a Morante de la Puebla, con sus patillas y su coleta naturales y fumándose un “veguero” en el callejón mientras esperaba para que le tocara el turno de actuación. Le corresponde un toro de La Campana, de nombre Gitanillo, castaño de pelo y co 455 Kg de peso. Lo recibe por verónicas con la pierna flexionada, siendo muy jaleadas, siguiendo con verónicas de mano muy baja y mucho “pellizco”. Quita por delantales, rematados con media soberbia. El público pide que el maestro ponga banderillas y éste accede a la petición. Pone un primer par, por el pitón derecho, estupendo, otro par, también por el pitón derecho, mejor que el anterior y cuando va a poner el tercer par, al poner al toro en suerte, tiene que recortarlo, con tal mala fortuna, que al salir del recorte, pierde el equilibrio y cae en la cara del toro. Desde el suelo, él mismo se hace el quite. Ya en pie, le pone el tercer par por los adentros que desata las pasiones y forma un lío. Después del festejo dijo que cogió las banderillas para homenajear a Adrián.
    Brinda al público y le tira el sombrero a Adrián con un pedazo de torería….
    Inicia la faena con ayudados por alto, una serie de derechazos, rematados con un trincherazo y otra serie de derechazos con mucha enjundia, hondura, torería, con mucho empaque, metiendo los riñones …
    Sigue con una serie con la mano izquierda y otra muy bonita, también con la izquierda, de frente y a pies juntos. Termina con una serie de derechazos. Entra a matar en la suerte contraria y cobra una estocada hasta los gavilanes, pero un pelín caída. Tres descabellos, el toro se derrumba y en su esportón caen dos orejas.
    En éste tipo festejo las orejas no tienen la mayor importancia, pues se podrá torear bien o mal, hacer las cosa bien o mal, pero como lo ha hecho Morante es distinto, lo ha hecho con muchísima personalidad, con mucho “pellizco”. Lo importante es el sabor que queda.

    Por turno le corresponde a Julián López “El Juli”, que lidia una res de Daniel Ruiz, de nombre Derramado, negro y de 430 Kg . Lo saluda con verónicas a pies juntos, rematadas con una larga. Apenas si se le señala un picotaza y se pide el cambio. Quita por “tafalleras” y remata con media, vistosa. Brinda a Adrián y le dice: “Todo el toreo está contigo, para lo que queráis, tu mujer, tú, tu hijo. Va por ti.” Empieza la faena con una serie por naturales y sigue con otras dos más y una con la derecha. Está por encima de las condiciones del toro, pisando unos terrenos muy difíciles y comprometidos ante el noble de Daniel Ruiz. En la suerte natural cobra, no una estocada, sino un cañonazo. Dos orejas.

    Ya, para completar la “buena serie”, nos queda el joven novillero Cristian Escribano, ganador del certamen de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, que tengo que decir, que el premio no ha sido ganar este certamen, el verdadero premio ha sido el estar acartelado con figurones semejantes.
    Ha lidiado el novillo más chico del encierro, un novillo de Guadalmena, con un nombre muy raro (la primera vez que lo oigo), Ijonzo, negro listón, bragado corrido, que dio en la báscula 389 Kg. Lo saluda con unas verónicas, jaleadas. Quita con lances de frente por detrás y brinda a Adrián, diciéndole: “ Porque es Ud. una gran persona y deseo que sea muy feliz”.
    Inicia su faena con dos series de derechazos, una con la izquierda, sigue con otra más con la derecha y otra final con la izquierda. Tras pinchar sin soltar, cobra una estocada que le vale una oreja.
    Este novillero tiene buen trazo, aunque tiene mucho por delante que aprender. Ayer tuvo el handicap de haber toreado después de tantos “monstruos”, otra cosa hubiera sido verle solamente con chavales que quieren ser toreros.

    Y nada más, en definitiva festejo muy entretenido, con muchísimos detalles toreros, y que , como era de desear, cumplió con los fines para el que fue proyectado.
    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  2. Torear no es más que parar, mandar y templar, pero a mí megusta añadir, y cargar la suerte. Bien, todo aquel que en el mundo de los toros hace eso, teóricamente, ha toreado. Pero al margen de haber toreado bien o mal, hay otro montón de conceptos, que la mayoría de las veces son innatos en el torero, como de manos bajas, hierático, con la cintura rota, metiendo los riñones, etc. que acompañan a los tan manidos conceptos de parar, mandar, templar y cargar la suerte.
    Todo esto en su conjunto, como un arte que es, es totalmente subjetivo y por tanto, yo puedo estar a favor o en contra, es decir, me puede gustar más o menos algo de lo que vea. Pues bien, en el toreo TODO está sometido a esa ley y por tanto, TODO es criticable, sin caer, por ello, en que se me llame "anarquista de oficio", pues como he dicho anteriormente, todo es subjetivo...
    Estoy totalmente de acuerdo de que el no torear cuando la corrida es televisada es una falta de respeto al espectador. Me explico. Sí es verdad que los toros hay que verlos en la plaza, pero para mí la frase está sin completar. Hay que decir, verlos en la plaza SI SE PUEDE. Ahora sí que estaría totalmente de acuerdo.
    Yo no puedo estar presente durante el desarrollo de las ferias, en cada uno de los lugares en que se celebran, pero bendita sea la televisión que me permite estar en Sevilla, Madrid, Pamplona, Zaragoza, Bilbao, como ferias completas y alguna que otra retransmisión, pero es que económicamente "de presencia" tampoco podría permitirme ese lujo. No quiero pensdar que a todo un José Tomás le dé miedo a qiue le pueda ver tanta gente a la vez.
    También es verdad que en este mundo de tecnología punta que nos ha tocada vivir, es decir, el siglo XXI, no es nada comparable con el siglo XIX en que quiere el Sr. José Tomás estar atascado. !Hay que pensar unpoco más en los demás, hombre!
    Ni que decir tiene que a mí el toreo y el comportamiento en la plaza de José Tomás me gustan una barbaridad, pero nom puedo evitar, que en mí existe un malestar tal que casi ni defiendo esa forma de torear en las tertulias, porque en mi interior, me tiene quemado por su negativa a ser televisado.
    Espero no haberte molestado, amigo Tomás, ésta es sólo mi opinión, desde el respeto que te tengo. Recibe un fortísimo abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Me doy por saludado, satisfecho y contento de tu aportación a esta "tertulia". Y si bien defendemos puntos de vista distintos que pudiera ser jamás se encontraran, quisiera dejar una pregunta a tu particular exposición. Creo no equivocarme si digo que tú mi "gran amigo", al igual que yo mismo y tantos otros disfrutamos y defendemos el toreo de un maestro como "Morante de la Puebla". Un toreo que como el mismísimo D.Manuel Molés se hartó de repetir el pasado domingo es a la antigua usanza, vamos, "como los toreros de antes". ¿Y no serían esos toreros acaso incluso los decimonónicos?. Y si esto no es más verdad que una humilde apreciación mía, digo yo ¿que habría de malo en que el maestro José Tomás pretendiera quedarse atascado en el siglo XIX?
    Un fuerte abrazo y el mayor de los respetos.

    Tomás Gª de Alcaraz Mtnez.

    ResponderEliminar
  4. QUIEN TIENE LA CULPA?


    Hace mucho tiempo que quiero escribir algo sobre lo que pasa en la plaza de toros de Cieza , La Deseada y parece ser que hoy me he decidido.
    En esta plaza, antiguamente, se daban carteles de verdadero lujo. Las primeras figuras del toreo pasaban por esta arena, porque aquí es arena y no albero. Remontándome más en el tiempo, Cieza fue donde torearon por primera vez juntos Manolete y Arruza. Según me contaba mi padre, hubo tanto interés por ver esta corrida, que reventaron las puertas de acceso a la plaza, de tanta afluencia de público que hubo.
    De un tiempo a esta parte, no hay quien vea una corrida de toros en dicha plaza. ¿Quien tiene la culpa?. Sólo pueden ser culpables: la autoridad, la presidencia, la empresa ó el público.
    La autoridad sólo está en la plaza para evitar algún altercado de orden público. Parece que no interviene en nada más salvo en estar a la espera de que el Presidente solicite su intervención. ¿ Tiene algo más que hacer ¿.
    La presidencia es de “bochorno”. En el artículo 55.5 del Reglamento taurino se dice que “…a la vista de los informes y de las opiniones expresadas por los intervinientes en el acto (se refiere a los reconocimientos del ganado), el Presidente resolverá lo que proceda sobre la aptitud para la lidia de las reses reconocidas, notificando en el propio acto a los interesados de la decisión adoptada….”
    Pues, nada de eso, tragan con lo que sea, pequeños, flojos, despitonados, etc., y encima entrega los trofeos como si fuesen caramelos. En definitiva, una birria de presidencia.
    La empresa, pues creo que la empresa es la que menos culpa tiene de todas las partes que intervienen. El deber de la empresa es ganar dinero y eso se consigue con que el cargo en taquilla sea muy superior a los gastos de la corrida. Se ahorra con la confección de los carteles, que suelen ser, últimamente, del agrado del gran público, se ahorra en un ganado mal presentado, romo de pitones, con serias dudas sobre el manipulado se sus astas, sin fuerzas, cayéndose aún sin picar, parece que el ganado fuese de saldo, etc.
    Estos efectos negativos se eliminarían si la presidencia fuera seria y devolviera ese ganado cuantas veces fuera necesario. Seria cuestión de ejemplarizar sólo una vez.
    El público, este creo que ha sido, a pesar de todo lo anterior, el verdadero culpable de que en Cieza no se pueda ver toros. No entiendo cómo en el futbol, si me compro una botella de agua, me la dan sin el tapón y abierta por los que me la venden, y aquí en Cieza, entran con neveras que parecen camiones que no se sabe cómo les pueden caber en sus localidades, con el poco espacio que hay y lo incómodas que son. Nadie les pone un pero, cuando a los espectáculos no se pueden entrar con nada parecido, ESTA TERMINANTEMENTE PROHIBIDO, porque si llevas…, puedes lanzar, lo que el Artículo 34.3 del Reglamento dice: ”…queda terminantemente prohibido el lanzamiento de almohadillas o cualquier clase de objetos. Los espectadores que incumplan esta prohibición durante la lidia, serán expulsados de las plazas sin perjuicio de la sanción a que hubiere lugar…” . ¿Verdad que las Fuerzas de seguridad tienen algo más que decir?. Pero no son responsables de esto las fuerzas del orden, sino el Presidente, como dice el Artículo 40.2: “…requerirá del Delegado gubernativo la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para evitar la alteración del orden público y proteger la integridad física de cuantos intervienen en la fiesta o asisten a ella...”.
    De todas formas, como mucho, se pueden ver tres toros, en el cuarto, y en Cieza no hay descanso, está el público, sobre todo las localidades de sol, lleno de los efluvios del alcohol retenidos en las neveras y a la más mínima protesta, sea cual sea su naturaleza, el ruedo se llena de botes llenos, botes vacíos, sandías, langostinos, restos de bocadillos, etc., con el consiguiente riesgo para los matadores y uno mismo, porque todo nos cae encima. La policía que asiste al festejo, no hace nada por evitar éstas circunstancias. ¿Verdad que la autoridad tiene algo más que decir?. Esta paranoia del público parece que se calma cuando ven en los esportones de los matadores, por coleta, quince orejas y ocho rabos, más que los doce y seis máximos posibles. De hecho si te pregunta alguien que no ha asistido a la corrida cómo ha estado, se le contesta, muy bien tantas orejas y tantos rabos. Nadie tiene opinión crítica taurina. Es una pena, pero así es.
    Así están las cosas y como podéis observar, yo, que me considero un buen aficionado, que tradicionalmente he ocupado en ésta plaza mi localidad de la primera fila del tendido de sol (cuando todavía se podía ver toros en ella), desde hace ya bastantes años no piso más por la pobre Deseada.
    No me gustan los “espectáculos” que se montan en ésta plaza.





    José Mª Susarte Molina

    ResponderEliminar