miércoles, 25 de febrero de 2009

D. José María Susarte Molina, nuestro Presidente de Honor.

Más que un orgullo, es el tener entre nosotros a tan ilustre figura, Don José María Susarte Molina. Tan importante para los que formamos esta peña, entre otras y no menos importantes razones, por ser nuestro flamante "Presidente de Honor". Aficionado antes que nada, conocedor y ávido de conocimientos del duende del toreo que nos envuelve a todos los que desde hace tiempo disfrutamos con este arte. Crítico y defensor apasionado de sus ideas, pero siempre desde el respeto, la admiración y el corazón de quien reconoce el valor, el temple y el alma de esta locura. Y sirva mucho más el tenerte en esta modesta aportación nuestra al mundo de los toros, para invitarte a verter cada vez que quieras, tu interminable sapiencia y tus personales opiniones, para así poder dar un toque de calidad a este que debe ser el marco de nuestra afición. Y ¿por que no? conociéndote, crear debates tan intensos como ilustrativos desde todas nuestra diferentes visiones del toreo universal.


Recibe un fuerte abrazo y te repito, un orgullo para esta peña.

3 comentarios:

  1. No sabeis lo grato que ha sido para mí ser nombrado Presidente de Honor de vuestra maravillosa Peña Taurina.
    Os digo también que para mí es un honor participar en vuestra página con mi peuqeña aportación las veces que sea necesario, sabiendo que mis opiniones serán siempre veraces, sinceras y, sobre todo, consecuentes con mi forma de ver y entender este difícil mundo del toreo y de los toros.
    !Siempre estaré con vosotros!

    ResponderEliminar
  2. Para empezar y para quitar un poco el "miedo escénico", os voy a relatar unas anécdotas taurinas que solía relatar D José María de Cossío.
    Estas son: Un novillero, que debutaba al día siguiente y estaba en una tertulia donde le presentaron a Juan Belmonte. Silencioso y taciturno, no intervenía en la conversación y sólo, de tarde en tarde, suspiraba dirigiéndiole la mirada a Juan Belmonte
    - !Si me saliera un toro mañana!, decía y volvía a su mutismo.
    La quinta vez que repitió esta frase, Belmonte sentenció:
    - No te preocupes, muchacho, te van a salir dos.

    Otra anécdota:
    Un torero modesto fue contratado para torear una corrida en Portugal en época de inflación y volvió a su casa con una maleta llena de billetes de banco por valor de milllones de reis. Durante todo el viaje de regreso no hizo más que soñar con el cortijo que pensaba comprarse y sufrió la gran decepción en un banco de Sevilla, donde fue a cambiar el dinero. El empleado tardó bastante tiempo en hacerle comprender que por tanto billete la diesen tan pocas pesetas. No obstante, al año siguiente volvió a Lisboa y coincidió con un gran desfile militar, que le impresionó por su brillantez y boato, sobre todo por el uniforme cuajado de condecoraciones que llevaba el presidente de la República. Al decirle quién era, colmentó:
    - Pues ese zeñó, ar cambio, en Sevilla, cabo furriel.

    Otra más:
    Una tarde, un torero modesto había tenido una actuación tan desastrosa, que incluso le habían echado un toro al corral. Los amigos íntimos trataban de consolarle:
    - Hay que ver las intenciones que tenía el toro
    - Para mí el toro más esaborío que he visto
    - No hay duda de que era un marrajo-
    - Sí, tenía guasa
    - Era un toro que, realmente, no sé de ningún torero que hubiera podido con él
    Y así todos
    De pronto, el padre del torero, que hasta ese momento había permanecido callado, explotó:
    - !Qué "tenía", ni qué "era"!, !Que es!, !Que todavía está vivo!

    Bueno, con ésto por hoy ya está bien. Hasta luego.

    ResponderEliminar
  3. Parece que esto se va animando. Un fuerte abrazo a mi tío José María porque es el más grande. Deberían haberle puesto Marcial.
    Hace unos días asistí a una conferencia que impartió D. Jesús Romero Maroto, eminente urólogo y gran aficionado amigo de Luis Miguel Dominguín.
    Contó varias anécdotas y os voy a relatar un par de ellas, de poder a poder.
    Una vez estaba Ramón Pérez de Ayala, amigo íntimo de Juan Belmonte, hablando de toros con un antitaurino. Don Ramón se expresó así: "Si yo fuera el Presidente del Gobierno aboliría las corridas de toros, pero como no lo soy no me pierdo ni una".
    La otra anécdota tenía como escenario una recepción que dio Cánovas cuando era Presidente del Gobierno. Parece ser que este fue saludando con la mano a todos los asistentes y al llegar donde estaba Rafael Guerra "Guerrita" rompió el protocolo y le dio un sincero abrazo. Al día siguiente en la Presidencia recibieron una carta del Obispo quejándose por este hecho. Cánovas contestó diciendo: " Yo puedo hacer cuantos obispos quiera con una simple firma, pero a ver quien hace otro Guerrita".
    Hasta otra.

    ResponderEliminar